La avioneta sobrevuela la orilla, cubriendo con el rugido de su motor los sonidos del oleaje. Algunos bañistas la contemplan utilizando sus manos como improvisadas viseras, otros siguen tomando el sol mientras la sombra del aparato planea sobre sus cuerpos aceitados. No hay una bandera promocional enganchada en la cola de la avioneta. Nivea, Viajes Halcón, Cruzcampo. La avioneta no parece anunciar otra cosa que su propia presencia. Y es entonces cuando comienzan a caer los regalos. Objetos de plástico blando que descienden como higos secos que se desprenden de una rama. Los bañistas luchan contra la fuerza de rozamiento del agua para alcanzar sus premios. Son balones de playa. Balones hinchables que los papás comienzan a llenar con el aire de sus pulmones ante la mirada impaciente de los pequeños. Balones con franjas rojas y blancas. Enormes pelotas de plástico decoradas con esvásticas.
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5 comentarios:
"Se le desprende el brazo cuando alza la copa para proponer un brindis"
Ha ha ha, menudo contratiempo.
Aplauso furioso en hinor a este hongo.
Honor joder, honor.
Felicidades por minihongos, espero que nos haga las delicias.
Pere Calders en estat pur.
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