jueves, 20 de enero de 2011

AYUDA

Está pidiendo limosna con la foto de tu hijo. Es una señora mayor, rumana; su cabeza envuelta en un pañuelo de colores chillones. Una vieja con la cara arrugada como un escroto. Se balancea arrodillada en el suelo y lanza al mundo sus lamentos mientras sostiene un vaso de plástico en la mano. Un vaso lleno de monedas.

Tengo un ijo a Rumania. El mui enfermo. Nesecita medicina. Ayuda, por vafor.

Eso es lo que han escrito con un rotulador negro de punta gorda bajo la imagen de tu pequeño. Un collage sobre cartón apoyado sobre el regazo de la pedigüeña.

Te acercas más para comprobar que no estás equivocada, que no es un espejismo. No hay duda: es una fotografía de tu hijo. Con su equipaje del equipo de fútbol del colegio y un balón bajo el brazo. Su sonrisa inconfundible. Alguien la debe de haber perdido y esta señora la ha incluido en su farsa. No es tan inquietante como parece, terminas pensando.

Y echas cincuenta céntimos en el vaso.

miércoles, 12 de enero de 2011

MAMÁ

-¿Mamá?

-Hola, mi amor. ¿Ya has salido de natación?

-Sí, pero…

-¿Quieres que avise a tu padre para que te recoja?

-Mamá…

-Espérale en las escaleras del polideportivo.

-Mamá…

-¿Estás llorando? ¿Qué pasa, cariño?

-Venid a por mí, mamá.

-¿Qué ha pasado? ¿Dónde estás?

-Estoy…

-¿No has ido a natación?

-Estoy atrapado en el tiempo.

-¿Cómo?

-Que estoy atrapado en el tiempo.

-No digas tonterías. Mira, papá acaba de llegar. Le voy a decir que…

-Venid a por mí, mamá. Tengo miedo.

-No llores, cariño.

-Estoy atrapado en el tiempo, mamá.

-Espera, que ahora se pone tu padre.

-Mamá…

-Ahora te paso a tu padre y quedas con él. No te muevas de ahí.

-Mamá…

-No te muevas de ahí.

lunes, 10 de enero de 2011

CANCÚN


En un punto muerto de la sobremesa, la pareja anfitriona propone mostrarles las diapositivas de su viaje a Cancún. Una de esas propuestas que no admiten un no como respuesta, una encerrona en toda regla. Así que se acomodan en el sofá del salón mientras el hombre de la casa prepara con entusiasmo la sesión de visionado. La lámpara con la luz regulable al mínimo. Una recopilación de chill-out que apesta a mp3 de 128 kbps y una barrita de incienso gorda como una zanahoria.

Nosotros en la puerta de embarque. Nosotros en el jacuzzi con la cámara digital apuntando al espejo del baño. Ella tomando el sol en la playa, tendida en una tumbona mientras sostiene medio coco del que sobresalen dos pajitas. Paisajes. Una excursión en burro. El guía de la excursión en burro luciendo una camiseta no oficial de U2. Más paisajes. Una docena de fotografías de la misma puesta de sol sin apenas variaciones de encuadre. El mercadillo de artesanía. Una señora muy vieja y arrugada tejiendo una especie de alfombra multicolor. El espectáculo de delfines. Una palmera cuyo tronco tiene la forma del popular logo de la marca Nike. Otra excursión en burro. Un adolescente con obesidad mórbida disfrazado de Cupido y con el pelo manchado de semen durmiendo plácidamente en una cuna de madera. Otro paisaje. La piscina del hotel. Carraspeos incómodos. Silencio. La anfitriona encendiendo la luz mientras sugiere una partida de Trivial.

jueves, 6 de enero de 2011

INICIOS DE LARGOMETRAJES MÍTICOS QUE JAMÁS SALIERON A LA LUZ (Vol. IV)


SEC 01. BASE MILITAR. INT/NOCHE

Plano general, travelling extremadamente lento.

Cuatro militares (ropa de camuflaje, gorras ajustadas) asean al cíclope desnudo, que tiembla de pie sobre un barreño de aluminio. El único foco que ilumina el cuarto derrama su luz sobre la cabeza del gigante. El resto del escenario queda ahogado en la penumbra. Uno de los militares se ayuda de una escalera plegable para alcanzar la nuca del cíclope y frotarla con un trapo húmedo.

Solo escuchamos el sonido del agua golpeando el espumoso barreño.

No parece necesario que el cíclope esté esposado; la expresión de su rostro y su pose son más mérito de los sedantes que del cuarto militar, un hombre con ligero sobrepeso que sostiene una metralleta sin apartar la vista del ser mitológico. El foco comienza a parpadear, arrojando una oscuridad intermitente que deja paralizados a los soldados. La pantalla queda en negro.

CORTE A...