viernes, 30 de abril de 2010

HOMBRES DE ACERO

El ciclista está convencido de que va a ganar la etapa. Durante las últimas semanas la prensa deportiva ha insinuado no muy sutilmente que quizás sea el momento de que el ciclista ponga fin a su carrera profesional. Que ya no es el que era. Que está haciendo el ridículo. Así de duras son las críticas. Por eso el ciclista se ha puesto una camiseta con el lema "Zas, en toda la boca" bajo su maillot. Porque está convencido de que toda la rabia acumulada le va a empujar hacia la línea de meta para hacerse hoy con el primer puesto. Y, con una sonrisa teatral en la cara, se levantará el maillot para exponer el lema a los flashes de las cámaras. Zas, en toda la boca. La popular frase extraída de una telecomedia que suele usarse para poner en evidencia a aquellos que deberían haber medido sus palabras.
El ciclista aborda el sprint final junto a un grupo de otros siete corredores. Pedalea de un modo demencial; el corazón balanceándose en su pecho como la campana de una iglesia. Pero la victoria es imposible y el ciclista se va a tener que conformar con el cuarto puesto. Y, aunque se había prometido que solo ejecutaría el plan en caso de quedar primero, una moderada dosis de euforia se entremezcla con las toneladas de resentimiento y el ciclista decide levantarse el maillot. Mostrar el "Zas, en toda la boca". Un cuarto puesto no deja de ser una clasificación meritoria para un deportista al que la prensa ha enterrado prematuramente.
El tejido está empapado de sudor y el ciclista tiene que zarandearse ligeramente para conseguir que el maillot se deslice hacia arriba sin que también lo haga la camiseta de algodón donde lleva impresa la frase de la venganza. Sus manos que forcejean con el maillot, despegadas del volante. La rueda delantera cambiando bruscamente de dirección. Los aplausos del público. Algún grito.

martes, 27 de abril de 2010

EL HORROR ESTÁ EN CAMINO

-Ese hijo de puta se está ligando a la camarera.
-¿Perdone?
-Mira cómo la chica se lleva la mano al cuello mientras se ríe; mira cómo echa la cabeza hacia atrás. Cuando una mujer hace eso sólo puede significar una cosa: quiere follarte. Hazme caso, hombrecillo.
-Voy a serle sincero, señor Pereira. No puedo perder toda la noche tratando de convencerle así que... ¿piensa comprarme uno de estos o no?
-Le doy cuarenta por el mediano.
-El pequeño. Le dejo el pequeño a cuarenta. ¿Hace?
-Mira cómo se lo come con los ojos mientras chupa la pajita. Qué evidente...
-¿Hace, señor Pereira?
-Trato hecho, hombrecillo.
-Cójalo, se lo paso por debajo de la mesa.
-Mío.
-Ahora escúcheme atentamente... Diez, veinte... De acuerdo, quiero que preste mucha atención a lo que le voy a decir. Digamos que existen una serie de normas que usted debe cumplir a rajatabla.
-Mira, le está pasando su número de teléfono.

sábado, 24 de abril de 2010

EL LABERINTO

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jueves, 22 de abril de 2010

EL BEBEDERO

EL BULTO

Justo cuando va a meter los vaqueros del joven en la lavadora, la madre detecta un bulto en uno de los bolsillos. Un condón, media bellota de polen, cocaína. Es difícil saber de qué se trata basándose únicamente en el tacto. Pero la madre tiene miedo de sacar el objeto a la luz. Ni siquiera introduce la mano en el bolsillo para tocar el bulto; se limita a palparlo a través de la tela del vaquero. La colilla de un cigarro, el himen de una menor. Una llave USB que contiene toneladas de pornografía infantil. Todo a la vez, quizás. Creo que abraza los pantalones y llora.

viernes, 16 de abril de 2010

CAMAFEOS BIZARROS Vol.I

HERVIR UN OSO



-¿Qué tres objetos llevaría a una isla desierta?
-¿Cómo dice?
-Responda sin pensarlo. Va a pasar 30 años viviendo solo en una isla desierta y...
-Tengo que elegir tres objetos.
-Eso es.
-Un violín, una capucha...
-¿Una capucha?
-Sí, solo la capucha. No una chaqueta con capucha. Y un libro.
-¿Qué libro?
-Hervir un oso.
-Gracias por su tiempo.
-Oiga, ¿en qué canal pasarán esto?
-¿Canal? Solo estoy grabando material para masturbarme.

martes, 6 de abril de 2010

FINAL ZIPP

Señora, es tan sencillo que hasta un niño podría hacerlo. Solo ha de introducir a su mascota en la bolsa, cerrar la cremallera y tirar... de esta válvula para crear el vacío. Su gatito pasa a mejor vida mediante un proceso de asfixia limpio y silencioso. ¿No es increíble que nuestras bolsas Final Zipp estén completamente insonorizadas? No hay gritos de horror, no hay gemidos agónicos. Solo su mascota volviéndose cada vez más... rígida a medida que la bolsa transparente se le pega al cuerpo como una segunda piel. Créame; su hurón quedará fantástico sobre la repisa de la chimenea. ¿Sabía que los egipcios usaban hasta diez clases distintas de resina para embalsamar a los cadáveres? Usted solo necesita el Final Zipp. Introducir, cerrar y... tirar de la válvula. Después puede recortar las rebabas con una tijera. Es tan sencillo que hasta... Sí, la mascota debe estar viva. Intente apoyar sobre la mesa del salón una Final Zipp que contenga a un perrito enroscado. Se lo aseguro, queda horrible. Así que... ¿Qué me dice, señora? ¿Qué tamaño desea? Creo que... está sería perfecta para... ¿Ese de allí es su gato? Esta le viene de perlas. Fíjese, tiene... docenas de medidas para elegir. ¿Lo ve? Apuesto a que aquí dentro cabría su marido perfectamente... Je, je. Solo bromeo, señora.