jueves, 22 de enero de 2009

OLÍMPICO

Mientras se hace una paja a la vez que contempla su reflejo en el cristal de la pecera, coge el mando de la tele y lo lanza por la ventana, golpeando mortalmente en la cabeza a un niño con bigote que hace flexiones bajo la atenta mirada de un perro que luce varias cuchillas de afeitar clavadas en el lomo. Después se sube los pantalones sin limpiarse.