Mientras se hace una paja a la vez que contempla su reflejo en el cristal de la pecera, coge el mando de la tele y lo lanza por la ventana, golpeando mortalmente en la cabeza a un niño con bigote que hace flexiones bajo la atenta mirada de un perro que luce varias cuchillas de afeitar clavadas en el lomo. Después se sube los pantalones sin limpiarse.
jueves, 22 de enero de 2009
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