jueves, 31 de marzo de 2011
viernes, 25 de marzo de 2011
SINÓPSIS
La monótona existencia de un pastor analfabeto (Andre de Falla) que vive aislado en los Alpes suizos se ve alterada cuando este comienza a sufrir frecuentes ataques epilépticos acompañados de extrañas visiones de lo que parecen ser trazos sin sentido. El pastor -que no sabe leer pero sí dibujar y que además posee una extraordinaria memoria fotográfica- decide volcar sobre papel los indescifrables garabatos y mostrárselos al párroco de la aldea cercana (Hugo Blatt), pues está convencido de que detrás de todo este asunto se esconde el mismísimo Diablo. Cuando el párroco descubre que lo que el pastor interpreta como trazos caóticos son en realidad palabras, frases e incluso párrafos completos en lengua francesa escritos con una impecable caligrafía, decide -por algún motivo que no llegamos a conocer- ocultar esta información al pastor. La imagen del párroco leyendo extasiado el contenido de los folios a la luz de un candil pone fin al único rollo de película que se conserva tras el misterioso incendio del domicilio de Hans Lemman. Aunque parte de su material filmográfico fue salvado de la quema, no se pudo hacer nada por salvar la vida del director.
martes, 22 de marzo de 2011
sábado, 19 de marzo de 2011
NO SOLO HONGOS
jueves, 17 de marzo de 2011
QUIROMANCIA
En la cena de navidad que cada año organiza la empresa descubrimos que el subdirector es aficionado a la quiromancia. Durante la sobremesa, nos explica que el término nace de la unión de las palabras “mano” y “adivinación” en lengua griega. Que muchos quiromantes fueron ejecutados por la Santa Inquisición, que consideraba sus prácticas afines a la brujería. El subdirector nos cuenta todas estas cosas mientras sorbe su café cuidadosamente, evitando manchar su corbata celeste. Nunca le habíamos escuchado hablar tanto y tan animadamente. Menciona la Línea de Mercurio y el Anillo de Venus. Nos enseña a localizar la Línea de la Vida utilizando como ejemplo la palma de su mano. Afirma que el futuro ya está escrito y que él puede descifrar en los pliegues de nuestra piel la fecha exacta en la que vamos a morir. El subdirector le dice a la chica que trabaja en recursos humanos que –si ella lo desea- puede adelantarle ahora mismo si el bebé que lleva en su vientre es niño o niña. Que si le mostramos durante solo unos segundos nuestras manos puede saber sin riesgo de error si nuestras mujeres nos son infieles o si vale la pena que compremos lotería de navidad. Nos dirá quién morirá a causa de un cáncer y quién por culpa de un conductor borracho. Y es entonces cuando desde la otra punta de la mesa llega volando una aceituna que impacta en la frente del subdirector.