lunes, 8 de junio de 2009

EL PRESENTADOR

Es tan sutil, tan progresivo, que los telespectadores apenas llegan a darse cuenta. Pero no hay duda: el presentador del telediario está aprovechando los bloques entre sus intervenciones para maquillarse. Lo hace mientras conectan con un corresponsal, mientras la cámara enfoca a su compañera. El rostro del apuesto presentador del telediario se parece cada vez más al de una puta violada. Primero es una capa color hueso que da palidez a su expresión, después las ojeras neo-góticas, un poco de rimel corrido sobre sus carnosos labios, algo de colorete para hundir las mejillas. Nadie en el plató parece advertir que el presentador se está convirtiendo poco a poco en una especie de muñeca de porcelana de vertedero. Cada vez que su torso inunda la pantalla, el espectador experimenta la sensación de que el atractivo periodista ha sufrido una mutación imperceptible para el ojo humano. Una especie de morphing perfecto que comienza en Pedro Piqueras y desemboca en una criatura de Tim Burton. Y, ahora, los deportes.

6 comentarios:

nuevenoventa dijo...

Jajaaajajajajaajajajajajajaaajjjajaajajjaaaja
jaajaajajajaajajajja que grande....

El Andariego dijo...

Usted también con el presentador a cuestas. Como las novias de aldea...

Leche dijo...

Mira Luigy, me he encontrado esto en el curro, me he acordado de ti:
"Chaleco maestro electrónico"
No me pidas que te lo defina.

Hongos dijo...

Joder, qué intriga. ¿Cómo que te lo has encontrado? ¿En qué contexto te lo has encontrado? Quiero datos.

Leche dijo...

Lo he encontrado en un programa de localización de software que se llama Passolo (nombre improbable y maravilloso). No sé en qué contexto está, si en una pantalla para dar de alta a un paciente, y el chaleco es un regalo, o si en una pantalla para los ingenieros, para que se pongan el chaleco maestro electrónico y empiecen a CREAR.
Si lo he encontrado ahí es porque algún afortunado lo ve cada día en su hospital Y entiende el concepto. Un suertudo. ¡Antibalas chaleco!

Leche dijo...

Joder, los becarios (o los esclavos androides) de Blogger merecen todo mi respeto. Mira qué palabra me han hecho escribir para demostrar que soy un ente humano y no robótico: PAPPURTI.

Voy a escribirla con un escalofrío de gustito: pappurti.