Sin duda, parece una ecografía. Son manchas en blanco y negro sobre papel fotográfico. En los bordes aparecen letras y números que muestran una información indescifrable. Lo ha encontrado en el asiento de atrás del coche de su mujer, así que debe de ser una ecografía, puesto que ella está embarazada de ocho meses. El hombre sostiene la imagen por la esquina superior derecha con la punta de los dedos, acercándola al tubo fluorescente del techo del garaje para poder examinarla mejor. Su mujer está durmiendo en el piso de arriba, con la barriga hinchada como un volcán a punto de reventar. Vista de cerca, la imagen no es más que un cielo negro cubierto de nubes blancas y grises pero, al alejarla, la ecografía muestra una figura vagamente humana. Ahí está el estómago rechoncho y también los bracitos blandos y casi transparentes. El cráneo frágil, los ojos cerrados y los colmillos. El hombre siente cómo una marejada de olas tóxicas le golpea las paredes del estómago. El futuro bebé tiene una dentadura afilada de tiburón o de delfín, y su nariz es alargada y parece un pene de arcilla. El futuro papá deja la ecografía donde la había encontrado y resiste la repugnante sensación de mirarla otra vez. Extrae un CD de Elton Jhon de uno de los compartimentos del cargador (para eso había bajado al garage), se bebe medio vaso de agua, sube a la habitación y se sienta en la cama. Si no tuviese los ojos cerrados y el volumen del discman al máximo podría escuchar las palabras apenas murmuradas de su esposa, que sueña panza arriba a su lado.
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1 comentario:
Bufff, que recuerdos... Gran imagen que has desarrollado a la perfección. Me imagino el garaje de casa de mis padres, tu no?
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