Aunque Pedro Silvano, director de TH2, aseguró el pasado jueves que la cadena privada continuaría la emisión de Mister Sandía –a pesar de su baja audiencia-, la serie que protagonizan Carla Ponti y el popular cómico “Cigüeñita” será finalmente eliminada de la parrilla televisiva. Al parecer, el aluvión de e-mails de protesta que ha recibido el canal desde el inicio de emisión de la serie ha obligado a TH2 a romper su fugaz relación con la productora Layla & Co., responsable del proyecto. Recordemos que Mister Sandía narra las desventuras de un mendigo (“Cigüeñita”) asaltado continuamente por las alucinaciones que provoca su extremo déficit alimenticio. En cada capítulo, el personaje emprende un viaje psicodélico a través de un mundo de pesadillas y horribles paranoias. El punto débil de la serie viene marcado por su exiguo presupuesto, que no alcanza para recrear fidedignamente las fantasías del mendigo. La voz en off, casi ininteligible, y los propios pensamientos en voz alta del protagonista son los únicos medios (a todas luces insuficientes) de hacer partícipe al espectador de las alucinaciones. Sólo se salva de la quema la escultural Carla Ponti, que aparece ocasionalmente para depositar una limosna en la taza de metal que sostiene el mendigo. Los planos interminables y gratuitos del escote de Carla cada vez que se inclina en cámara lenta a depositar su dádiva son la única luz en una serie por lo demás oscura y –hablemos con claridad- aburrida. Nos quedamos pues sin desvelar el interrogante que plantea la teleserie: ¿A quién corresponde la voz que guía las paranoias del mendigo? ¿Quién es y qué simboliza el tal Mister Sandía? Aunque, ¿es que acaso a alguno de ustedes le interesa saberlo?
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