Estimado Octavio Cervera:
En primer lugar quiero transmitirle mi enhorabuena por el éxito que está cosechando su programa, del que me considero una ferviente admiradora. Todos los jueves acudo a mi cita semanal con “El rincón del misterio”. Sobre todo, admiro el rigor y la profesionalidad con la que usted afronta los temas tratados. Quiero decirle que disfruté especialmente con el monográfico dedicado a las apariciones marianas que ofrecieron hace dos meses.
Comprobará que adjunto una fotografía en el sobre que contiene esta carta. Se trata de una aportación personal para la sección “Imágenes de ultratumba”. La instantánea fue tomada en una de las meriendas que suele organizar nuestro Grupo de Catequesis. Me puede localizar usted en la parte izquierda de la fotografía; soy la señora con vestido azul y collar de perlas. Por cierto, mi nombre es Virtudes Alonso. La señora que sostiene la bandeja de canapés se llama Paquita y es la propietaria de la casa en donde fue tomada esta imagen. La cámara que utilizamos se llama Polaroid (muy fácil de utilizar, no como esas modernas con una pantallita que apenas se deja ver).
El caso es que cuando tomamos la foto y la observamos detenidamente después de agitar el papel, descubrimos a esa presencia sonriente que podrá localizar sin problema en la parte derecha del salón. Se aprecia claramente cómo el ser rodea con su brazo el cuello de mi amiga Concha, abrazándola amigablemente. Fíjese en la mano del ente, que está enfundada en un guante blanco. Sin duda, lo más extraño e impactante es el color azulado del cuerpo de la entidad, además de esa especie de flecos o púas que adornan su cabeza. La verdad es que nos asustamos mucho cuando contemplamos la foto. Huelga decir que, en el momento en que fue tomada, no había nadie más en el salón, y menos con ese aspecto tan extraño.
Más tarde le mostré la fotografía a mi nieto Diego y él me dijo que el fantasma que aparece en la foto es Sonic, el erizo que protagoniza un videojuego llamado “Sonic the Hedgehog” (espero haberlo escrito correctamente). Como esa información resulta desconcertante, he preferido consultar con un experto en el tema como usted. ¿Cree que solamente se trata de un efecto óptico? En el caso de ser un espíritu del más allá, ¿podría tratarse de mi marido, que en paz descanse? ¿O acaso hemos retratado accidentalmente a un Ángel? Seguro que usted tiene alguna respuesta inteligente que ofrecer.
Espero que muestren mi fotografía en su programa, ya que sería un honor aportar un granito de arena al trabajo de su equipo.
Se despide atentamente,
Virtudes Alonso.
En primer lugar quiero transmitirle mi enhorabuena por el éxito que está cosechando su programa, del que me considero una ferviente admiradora. Todos los jueves acudo a mi cita semanal con “El rincón del misterio”. Sobre todo, admiro el rigor y la profesionalidad con la que usted afronta los temas tratados. Quiero decirle que disfruté especialmente con el monográfico dedicado a las apariciones marianas que ofrecieron hace dos meses.
Comprobará que adjunto una fotografía en el sobre que contiene esta carta. Se trata de una aportación personal para la sección “Imágenes de ultratumba”. La instantánea fue tomada en una de las meriendas que suele organizar nuestro Grupo de Catequesis. Me puede localizar usted en la parte izquierda de la fotografía; soy la señora con vestido azul y collar de perlas. Por cierto, mi nombre es Virtudes Alonso. La señora que sostiene la bandeja de canapés se llama Paquita y es la propietaria de la casa en donde fue tomada esta imagen. La cámara que utilizamos se llama Polaroid (muy fácil de utilizar, no como esas modernas con una pantallita que apenas se deja ver).
El caso es que cuando tomamos la foto y la observamos detenidamente después de agitar el papel, descubrimos a esa presencia sonriente que podrá localizar sin problema en la parte derecha del salón. Se aprecia claramente cómo el ser rodea con su brazo el cuello de mi amiga Concha, abrazándola amigablemente. Fíjese en la mano del ente, que está enfundada en un guante blanco. Sin duda, lo más extraño e impactante es el color azulado del cuerpo de la entidad, además de esa especie de flecos o púas que adornan su cabeza. La verdad es que nos asustamos mucho cuando contemplamos la foto. Huelga decir que, en el momento en que fue tomada, no había nadie más en el salón, y menos con ese aspecto tan extraño.
Más tarde le mostré la fotografía a mi nieto Diego y él me dijo que el fantasma que aparece en la foto es Sonic, el erizo que protagoniza un videojuego llamado “Sonic the Hedgehog” (espero haberlo escrito correctamente). Como esa información resulta desconcertante, he preferido consultar con un experto en el tema como usted. ¿Cree que solamente se trata de un efecto óptico? En el caso de ser un espíritu del más allá, ¿podría tratarse de mi marido, que en paz descanse? ¿O acaso hemos retratado accidentalmente a un Ángel? Seguro que usted tiene alguna respuesta inteligente que ofrecer.
Espero que muestren mi fotografía en su programa, ya que sería un honor aportar un granito de arena al trabajo de su equipo.
Se despide atentamente,
Virtudes Alonso.
5 comentarios:
Esperamos la respuesta de Octavio Cervera ¿Será Sonic realmente?
Espero que esto no sea un chiste a costa de mi devoción bizarra por Íker... ¿cómo se llamaba? Joder, no me acuerdo tío, sólo me sale Íker Casitas, pero ése no es.
Jiménez, Bego. Jiménez... Pero ya sabes que a mi me iba más el otro Jiménez. Jiménez del Oso. Con esas bolsacas en los ojos de tanto transnochar. Un auténtico Obrero del Misterio. El Iker es un poco de la escuela "Expediente X", que no es del todo de mi agrado. Además, le falta mucho SATANISMO a su rostro de bebé, ¿no crees?
Pero por eso da más miedo Íker hombre, porque es de la estirpe de los babyface with a dirty mind...
Babyface, sin duda. Pero dirty mind... No sé, no sé. Es un poco el niño bueno del misterio, la corrección política hecha enigma. Por eso me mola más el rollo hardcore de Jiménez de Oso, más sectario, más de élite, menos mainstream. Y no me hagas hablar de la mujer que acompaña a Iker (creo que es su esposa) porque entonces ya me indigno. Esa tia si que hace parapsicología de batín y pantuflas. Esa tía es 100% antípodas del concepto ocultismo.
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