viernes, 15 de agosto de 2008

VENTRÍLOCUOS

Marc y yo sostenemos al bebé para ayudarle a meterse la raya de cocaina. La línea blanca desaparece bajo su naricita como por arte de magia. Después lo dejamos en el suelo y se pone a reír como un poseso, escupiendo babas y pataleando. No sabemos su nombre, así que le llamamos Charly. Apenas tiene diez meses pero, creedme, el muy hijo de puta es el alma del grupo. Irradia poder. Es un puto Dios envuelto en pañales. Un juerguista que no conoce límites. Aún está degustando el amargo sabor de la tercera raya de farlopa cuando nos pide una cuarta. “Opa”, dice el bebé. Y señala hacia el bolsillo del pantalón de Marc, que custodia el gramo.
Y deberíais verle follar; es una bestia. Cada noche tiene un coño nuevo en el que mojar su pececillo. Tías con tetas enormes y culos de cuatro dimensiones, universitarias, amas de casa... Todas se derriten como la mierda bajo el sol cuando Charly las seduce con su sonrisa de bebé. Y no voy a negar que Marc y yo nos ponemos las botas, visualmente hablando, cada vez que asistimos a Charly agarrándole los bracitos mientras lanza sus graciosas embestidas. Aunque la parte que más me gusta es cuando sostengo el cigarro en su boca después del polvo y tengo que conversar con voz de falsete con la chica de turno, finjiendo como un ventrílocuo que es Charly quien habla.
-Ha sido maravilloso, cariño –suele decir ella.
-Muñeca... –respondo yo con mi no demasiado buena imitación de la voz de un bebé.- Cállate la boca y reserva fuerzas para lo que viene ahora.
El cabrón es muy listo. Ahora está aprendiendo a utilizar la navaja que Marc y yo le regalamos las pasadas navidades. Le encanta rayar el parqué con ella, aunque a veces nos vemos obligados a quitársela porque aún es un poco patoso y acaba con las manos destrozadas por los cortes.
Dentro de dos meses cumplirá un año y vamos a organizar una fiesta por todo lo alto, con una estriper saliendo de un pastel enorme y cosas por el estilo. Marc y yo ya hemos pensado en su regalo: le vamos a hacer un tatuaje. Uno bien chulo en el centro de la espalda. Una esvástica, un dragón chino, una tia bien cachonda sobándose los pechos. Estoy seguro de que le va a encantar.
Marc suele decir que el bebé está destinado a hacer algo grande. Que tenemos suerte de estar a su lado y que en un futuro recogeremos los frutos de esta bonita amistad.
Y tiene toda la razón.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Wuala, no sé qué tienes en la puta cabeza pero me encanta.

opositor.

El Andariego dijo...

Ahora los niños tienen de todo, con las penurias que pasamos nosotros cuando éramos jóvenes. Así cualquiera es un bebé precoz.

Leche dijo...

este me ha encantado, pero cuando he empezado a leerlo se me han puesto pelos como escarpias, especie de sick. Mua.

marcos javega dijo...

Intenté escribir aquí y no me dejó. Decía que no se me quita de la cabeza la historieta del calvo, como si yo también lo llevara ahí tatuado.

VENGA MONJAS dijo...

MOJAR EL PECECILLO.

Juanelo dijo...

Joder, qué dureza. Mola.

Anónimo dijo...

Exigimos una pronta actualización. No tienes derecho a tomarte unas vacaciones.

Besitos.

El Andariego dijo...

DRY HOLIDAYS BEAST.