El sonido histérico del clarín resuena en la plaza mientras se abren las puertas de los toriles. El torero, de rodillas, sacude la arena de su capote y ajusta las correas que mantienen al propulsor pegado a su espalda. Dirige su mirada hacia el oscuro pasillo que vomitará al tercero de la tarde. Deja que una gota de sudor recorra su expresión desafiante, consciente de que su rostro ocupa ahora las enormes pantallas de alta definición. Se escuchan los rugidos pregrabados, los ajustes del sistema hidráulico que dan vida a las patas traseras del morlaco. Las mamparas de cristal blindado que protegen al público tiemblan como charcos verticales. Cientos de mandíbulas descolgándose en cámara lenta. El torero -me cago en Dios- se santigua mentalmente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
borra este comentario
BLACKSTORM OMEGA, ¡buah! que pasada de título, es como si lo hubiera elegido Beethoven. Y eso de santiguarse mentalmente diciendo "me cago en Dios" es una sobrada aún mayor.
Hongos: POR UNA CIENCIA FICCIÓN DE COJONES CONTRAÍDOS.
Ahora que me fijo en el minihongos: PELUCA DE NÁCAR, ¡buah!, eso sí que es un MUNDO VIOLENCIA.
Cordoba Bulldozer.
zapatero-obama y ahora esto: http://www.lavanguardia.es/lv24h/20100129/53880566586.html
realidad virtual de toros? sobrecogedor :)
Publicar un comentario