martes, 26 de enero de 2010

BLACKSTORM OMEGA

El sonido histérico del clarín resuena en la plaza mientras se abren las puertas de los toriles. El torero, de rodillas, sacude la arena de su capote y ajusta las correas que mantienen al propulsor pegado a su espalda. Dirige su mirada hacia el oscuro pasillo que vomitará al tercero de la tarde. Deja que una gota de sudor recorra su expresión desafiante, consciente de que su rostro ocupa ahora las enormes pantallas de alta definición. Se escuchan los rugidos pregrabados, los ajustes del sistema hidráulico que dan vida a las patas traseras del morlaco. Las mamparas de cristal blindado que protegen al público tiemblan como charcos verticales. Cientos de mandíbulas descolgándose en cámara lenta. El torero -me cago en Dios- se santigua mentalmente.

viernes, 22 de enero de 2010

EL ASCENSOR

Se queda atrapado en el ascensor, a medio camino entre la novena y la décima planta. Pulsa el botón de emergencia y la voz de una señorita le hace saber que en unos minutos alguien se encargará de sacarle de allí. Pasan las horas. Se sienta en el suelo y se desabotona la camisa. El calor comienza a ser insoportable. Se queda dormido.
Sueña que se queda atrapado en un ascensor, a medio camino entre la novena y la décima planta. Pulsa el botón de emergencia y la voz de un anciano comienza a narrar la historia de un hombre que queda atrapado en un ascensor. Un hombre que se desabotona la camisa porque el calor que inunda el cubículo comienza a ser insoportable. Y entonces, se despierta.
Se despierta dentro del cuerpo de un anciano que está atrapado en un ascensor en el que apenas queda oxígeno. Acurrucado en el suelo, desnudo, cubierto de sudor. Escuchando cómo alguien trata de abrir la trampilla del techo mientras una voz femenina le asegura desde el interfono que todo lo que está ocurriendo forma parte de un sueño. Y lentamente se queda dormido.

miércoles, 6 de enero de 2010

ARMADURAS

Las armaduras se ponen de moda. Viejos yelmos con piezas doradas, corazas griegas del siglo VI a.C. Puedes verlos en las salas de espera de los aeropuertos, sosteniendo sus maletines mientras acarician las empuñaduras de sus espadas. Hombres de negocios que utilizan el enorme poder simbólico de la imagen del guerrero para representar a sus empresas. Corporaciones que visten a sus delegados con hombreras y guanteletes, con guardabrazos y cota de malla. Magnates de la construcción que destinan cantidades de seis cifras para hacerse con una brigantina española del siglo XV. Un atardecer apocalíptico a través de los cristales de una sala de reuniones en Bruselas. La presentación en Power Point llevada a cabo por un director ejecutivo que viste una armadura de la milicia romana.

viernes, 1 de enero de 2010

EL AUTÉNTICO POST Nº100

Este es el post número 100 del blog "Hongos".