lunes, 28 de septiembre de 2009

FLOPPY

Han conseguido que el tiburón sobreviva fuera del agua. Le han limado los dientes, dejando unas puntas redondeadas que restan fiereza a la expresión del animal. Y el tiburón ha aprendido a caminar; a ondularse como una serpiente sobre el suelo de mármol.
Por eso el niño puede jugar con él sin que exista el riesgo de un ataque mortal. No está muy claro si fue Mateo el que bautizó al tiburón con el nombre de Floppy, aunque todo la familia le atribuye la ocurrencia. También fue Mateo quien le enseñó a traer las zapatillas o a rodar sobre la alfombra cuando alguien aplaude. Siempre ha existido una estrecha relación entre el niño y su mascota.
El caso es que ver a Floppy muerto frente al garaje supone un duro golpe para Mateo. Y no le importa mancharse de sangre mientras sostiene al tiburón en brazos y entra en casa, dejando caer sus lágrimas sobre las huellas de neumático que decoran la cabeza aplastada del animal.

6 comentarios:

Hongos dijo...

Largo silencio desde el post anterior. Me he mantenido ocupado en la grabación del 7º programa de Guardería Cabaret, que ahora mismo se encuentra en proceso de edición y mezcla y que en breve estará disponible. Eso, que retomo.

Anónimo dijo...

Fantástica imagen la de ese tiburón con su fiereza castrada, consciente y sumiso trayendo zapatillas.
Porque siempre se nos van los mejores?

Unknown dijo...

La fantasía de que el tiburón está hecho como de gominola azul es razonable: su brillo y su textura suave y tersa, invitan a pensarlo.

Si un coche atropellara a un tiburón, las huellas del neumático no quedarían marcadas como si su piel fuera chicle, pero es tan bonita la imagen...

Anónimo dijo...

Tienes que ver esta peli

Señorita Puri dijo...

Siempre lo podéis limpiar con una manguera y así el niño tiene disfraza para halloween.

marcos javega dijo...

Ahí está, el tiburón.
No pares. Sigue, sigue.