En un claro del bosque, sobre un lecho de flores y palmera trenzada, el cadáver de Michael Jackson reposa con las manos cruzadas encima del pecho. Viste un elegante uniforme de color rojo que le da el aspecto de un antiguo mozo de hotel. Una corona de espinas rodea su cabeza calva y blanca como el yeso. Su piel es papel de fumar, su expresión es la de un alien recibiendo el flash de una cámara en pleno rostro. Una mariposa con las alas azules revolotea sobre el cuerpo de Michael. Dos bambis pastan a escasos metros del altar. Un ángel luminoso desciende desde los cielos acompañado por un chimpancé. El ángel rebana el cuello del animal y esparce la sangre sobre Jacko. El cantante abre la boca para dejar escapar el alma. El olor dulzón de la sangre atrae a legiones de moscas.
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6 comentarios:
Idílico y aberrante, me encantó :O
Suena música suave chill-out con un solo de slash, y gritos de Juan de OT1.
Creo que es el mejor homenaje que ha recibido nuestro amigo lechoso desde que se convirtió en buffet libre de gusanos
Soy un lector incondicional de su blog, pero esto de los bambis no sé si se lo perdonaré algún día.
VP:hellivis
La próxima vez que vayas a faltar al respeto a uno de los Grandes, avisa para que pueda irme fuera de Barcelona (la idea de salir de Barcelona cuando Hongos escriba algo sobre Michael Carradine)
Lo de Michael Carradine será avisado con un par de días de antelación para que puedas pedir día libre en el curro.
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