viernes, 3 de septiembre de 2010

SOLO

Entras en el ascensor y dejas escapar un horrible pedo que te estaba estrangulando las tripas. Has esperado a que se cierren las puertas, has previsto que el motor y las cadenas camuflen el estruendo que provoca la ráfaga de metano caliente saliendo en tromba por el ano. Es un ascensor pequeño y bien iluminado, sin espejos. Dejas caer los párpados mientras disfrutas de la sensación de alivio y escuchas cómo alguien carraspea a tu lado. No estás solo. Un señor trajeado que sostiene un portafolios está apoyado en una de las esquinas de la cabina, tan cerca de ti que vuestros codos se rozan. Obviamente, no lo has visto cuando has entrado. Jurarías que allí dentro no había nadie. Recuerdas perfectamente que el ascensor estaba vacío. Pero allí está el señor del portafolios, mirándote con dureza mientras tratas de buscar una explicación lógica a lo que parece una aparición fantasmal. Invadido por la sorpresa y la vergüenza. Decidiendo sin éxito si debes pedir perdón o si debes empezar a vomitar a gritos todo el terror que intenta abrirse paso a través de tu garganta.

9 comentarios:

Unknown dijo...

Es el pedo, no? Ese señor es el pedo

Anónimo dijo...

Terror en estado puro. Muchas gracias.

Ratzinger dijo...

El portafolios son el concepto encarnado del pestucio. Los documentos del peste

El Andariego dijo...

Minihongos:
el ectoplasma vino a poner en evidencia la correcta posología del carminativo.

Miguel Noguera dijo...

un "horrible pedo", un pedo que inspira horror.

Javi dijo...

Estoy con La Abuela y Ratzinger. El hombre es el pedo, los portafolios el olor, el ascensor el tracto intestinal, los botones del ascensor la comida, el espejo el alma, la luz de la cabina la categorización de las circunstancias subjetivas, el orbalizador de clamo es el überego de famflimbar.

Pura poesía.

Hongos dijo...

Tienes razón, el árpido muglar es la ganza del ótido sarguedo.

Unknown dijo...

Almijes de gúnades fautiles dangan la ranca del Gubiatén.

Javi dijo...

La ranca del Gubiatén tu madre!