martes, 11 de mayo de 2010

CLÁSICOS Vol.I

Estás sentado en una silla de plástico duro, guardando silencio junto a otros nueve candidatos. Alguien comenta que ya han pasado quince minutos desde que dieran las diez. Nadie le responde; es lo que suele ocurrir cuando un grupo de desconocidos comparte el limbo que constituyen esos momentos previos a una entrevista de trabajo.
Un señor con traje que roza la cincuentena entra en la sala. Se presenta al grupo como el responsable de recursos humanos. De pronto, parece fijarse en uno de los candidatos. Es la persona que se sienta a tu lado; un joven rubio y pecoso con camisa blanca y un enorme reloj de pulsera.
-¿Marquitos?
-¿Don Julio?
El responsable de recursos humanos se acerca a Marquitos mientras este se levanta de su silla. Se dan un pico. Repito, se dan un pico en la boca. No es nada sexual ni sucio. Es solo un beso inocuo como los que se intercambian los actores de teatro entre bastidores. Después, el responsable de recursos humanos (A.K.A Don Julián) da un paso atrás y ejecuta un saludo fascista que es respondido al instante por un idéntico gesto de Marquitos. Se ríen tímidamente, conscientes de lo embarazoso que resulta mostrar afecto en público. Levantas la mano para hacer una pregunta.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta esto que estás haciendo últimamente de dejar inacabados los relatos. Vaya dramatismo le imprimes, nene.

Unknown dijo...

SÍ, si. Dejando el arco bien tenso ahí

Anónimo dijo...

Por cierto (*), Galgo... ¿has visto esto?

Qué loco

Anónimo dijo...

Con las tonterías al final se me ha olvidado comentar el asterisco:

(*) -> Un "por cierto" 5 días más tarde del anterior mensaje, ¿no? Total, no creo que la gente se sienta ofendida por ello.

marcos javega dijo...

El ninja flirtea me encanta.
El druida postea.