Al David de Miguel Ángel le crece un mullet de piedra en la nuca. Un peinado mullet, de paleto estadounidense, de activista jarrai, de independentista de a pie. Esa catarata de pelo que brota desde la nuca, ese desacierto estético cargado de connotaciones ideológicas. Se realizan pruebas. Se extraen muestras. No hay duda. La porción de pelo ha hecho aparición en la estatua de la noche a la mañana. Investigadores de lo paranormal, expertos en historia del arte, geólogos... todo el mundo tiene una hipótesis descabellada que aportar. Todo el mundo se apunta a la moda de dejarse mullet como extraño homenaje al milagro.
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7 comentarios:
PONS (insiste)
Me encanta la palabra "mullet", la aprendí traduciendo la descripción de un personaje en un relato hace unos meses, lo que pasa es que me equivoco y la pronuncio a la francesa, /mulé/, en vez de /múlet/. Un beso, querido Plinio El Viejo (yo soy Plinio El Joven)
Uf, Luis, una vez, durante una semana sola del 2005, yo tenía el pelo largo y me lo corté en plan mullet. Fueron unos días de prueba, una especie de gamberrada con mi propia vida.
pero nunca se puso de moda ponerse una hoja de parra en la entrepierna, los caminos de La Moda son caprichosos...
error a lo de la hoja de parra
Mullet, o concentrar la fuerza capilar en la parte trasera de la cabeza. Grandes mullets de nuestra son, también, los de Art Garfunkel y Eduard Punset.
Me he comido una era entera! Discúlpenme mientras trato de digerirla.
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